Encuentros mágicos I

El señor astrólogo de pelo blanco en la caja del super habló de leo, de lunas y a mí de tauro. Yo hablé del sol. Me dijo tenés que arremeter, estás acá para arremeterle y salir un poco del sentimiento. Si lo escuchara mi psicólogo, pensé. Seguimos charlando con bolsas en la mano y franqueza en la mirada. "Adelantada, adelantada, adelantada", me dijo. Me sonreí y me fui.

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