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Había risas en mi boca.
Había risas en las demás bocas.
Ahora hay paz en mí.
No hay tantas risas en mi boca.
No hay tantas risas en las demás bocas.
Pero hay más paz en mí.
Qué te pasa? -me dicen- Vos tenés que hacer reír!
Cuánto te quieren quienes sólo quieren risas en sus bocas?
No prefieren que haya paz en mí?
Mi boca hablaba y hablaba. Ahora sabe lo que es mejor para mí.
Se queda con los que de verdad quieren que haya paz en mí.