La pastilla lila

Después de escuchar con mucha atención cada uno de sus problemas irreales. Después de recordarle una vez más todas las cosas increíbles que le dio y todavía le da la vida, él, se dispuso a tomar sus pastillas. Cuando me acerqué para darle un beso de buenas noches, vi que una de las pastillas era de color lila. Le dije: “qué lindo el color de esa pastilla", me respondió: “en eso te parecés a tu madre, mirando algo tan trivial como el color de una pastilla”. Lo miré unos segundos, le sonreí y me fui. Ese día me acosté pensando que si él prestara más atención en cosas tan sencillas como el color de sus pastillas, seguramente no tendría que tomarlas.

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